Salir del teatro con ganas de mas, es algo
que no pasa de forma habitual.
El pasado domingo asistimos, dentro del
concurso nacional de teatro para aficionados ciudad de Utiel, a la
representación del grupo “La otra parte Teatro”, de Fuenlabrada (Madrid).
La obra elegida, Las sombras caminan muy
lento, un texto del argentino, Rogelio Borra y con prólogo del director
Fernando Atienza.
La vida de tres mujeres, que comparten
prostíbulo, tres edades y tres vidas perfectamente plasmadas. Choque de
realidad e ilusiones, de pasado y futuro.
Tres interpretaciones, a las cuales, le caben
pocos peros, aunque nunca todo es perfecto.
Sara Solís, se metió en el papel, de la más
joven, Antonella, dejando ver una vida
corta pero llena de dolor, que le arrastra a escapar y ver en el prostíbulo su
única salida.
Un papel bien trabajado, al que Sara Solís,
supo dar los toques adecuados, matizando el que en alguna ocasión, su voz se
perdía y era difícil escucharla.
Laura Pérez, una magnifica, Susi. El papel de
la más veterana del burdel. A pesar de su juventud nos llevo durante su
interpretación a ver una mujer mayor, acostumbrada a una vida que no le hubiera
gustado tener. Genial interpretación, manteniendo un difícil papel durante toda
la obra, con un registro muy bueno, haciendo de “la vieja”.
Rosa Calvo, Lila, mujer de mediana edad, en
medio de la madurez y la juventud. Punto de inflexión, quizás el papel más
complicado, por no tener ningún extremo. Vocalización muy correcta, perfecta
interpretación, un papel que te llega al alma.
Largo aplauso para las tres no solo en el
patio de butacas, también desde aquí. Ahora viene el pero:
Se echó en falta una escena en la que las
tres se mostrasen mas desgarradas, una escena que habría que añadir, ya que el
texto escrito tal como está interpretado, es muy bueno.
Esta podría ser una idea para el director
Fernando Atienza, ya que como decíamos al principio, escribió el prólogo,
también podría ofrecernos una escena más de su cosecha.
En lo que respecta a la dirección, muy bien,
puesto que en ningún momento de la actuación, te parece que algo este mal hecho
o no corresponda a lo que ves; y si durante esa hora y diez minutos, no piensas
en ningún momento en la dirección…es que todo está bien.
Nos gusta ver buen teatro, y todo apunta a
que este año, los espectadores del Rambal, saldremos muy satisfechos.
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