jueves, 15 de diciembre de 2016

HERMANOS Y CUÑADAS

El pasado domingo, 11 de diciembre, tuvimos el gusto que acoger al grupo “Taules Teatre” de Pinoso (Alicante), que pusieron sobre las tablas del teatro Rambal la obra “Hermanos y Cuñadas”, una adaptación de una obra del dramaturgo francés Eric Assous, con motivo de la trigésimo primera edición del Concurso Nacional de Teatro para Aficionados "Ciudad de Utiel". 

Se trata de una rocambolesca comedia que gira en torno a tres hermanos y sus parejas y una invitada muy especial que pondrá patas arriba sus respectivas relaciones. Una escenografía cuidada, pero sencilla, nos trasporta a un moderno chalet a las afueras de la ciudad donde una tranquila cena familiar termina destapando secretos amorosos que los hermanos ocultaban. 

El director a través de unos personajes bien diferenciados, todos ellos reconocibles dentro del seno de cualquier familia actual, nos muestra los problemas que ocurren en esta familia de forma divertida y amena. 

Un dialogo ligero y repleto de chistes hicieron las delicias del público que se sintió identificado con los distintos personajes. Sin alardes escénicos y con elementos bien usados esta obra fue un estupendo punto y final al Concurso Nacional de Teatro para Aficionados "Ciudad de Utiel" que se despide de todos vosotros hasta el próximo 14 de enero que será la Clausura y entrega de Premios de esta edición del concurso.
La suerte está echada!!!!!

viernes, 9 de diciembre de 2016

SOÑANDO LORCA

El Domingo 4 de Diciembre el grupo PÀnic EscÉnic, de Valencia puso en escena la obra Soñando Lorca. Si Lorca despierta emoción y brillantez metafórica, el grupo Pànic Escénic supo despertar en el espectador admiración y emoción, al hacer comprender al mismo mediante una magnífica puesta en escena la situación de la obra ya que desde un principio mediante una larga sobre-escena donde se representa la recogida de la aceituna de forma acertadísima hace que nos situemos en la Andalucía que Lorca desarrolla en sus obras  y que Pànic Escénic pusieron de manifiesto en el teatro Rambal de Utiel. La simbiosis de Doña Rosita la Soltera, Yerma y Bodas de Sangre, magníficamente situadas en el escenario con una brillantísima puesta en escena y la no menos acertada Dramaturgia de las tres obras citadas por su directora Iria Márquez, hacen que el simbolismo de Lorca se ponga de manifiesto en la aparición de la Luna, por la parte superior izquierda del escenario simbolizando la muerte,el erotismo y la fecundidad,  tres motivos puestos de manifiesto en toda la representación, hacen que el espectador disfrutara de una magnifica tarde de Teatro. 
 Pànic Escénic supo resolver la dificultad de este montaje de una forma magnífica, dando lugar a tres escenas dignas de destacar como son la de las lavanderas donde la movilidad corporal da lugar a un cuadro donde la acción teatral se manifiesta de forma espectacular así como el diálogo de la misma que sirve de nexo de unión de las obras representadas,la muerte de Juan a manos de Yerma y la escena final
 Si a Lorca le obsesiona el amor, la pasión, el deseo y la muerte el grupo Pànic Escénic supo transmitir de forma concluyente lo que Lorca sentía.
 En definitiva una magnífica representación donde destaca su dirección y puesta en escena siendo la acción actoral buena en todo su conjunto, como no puede ser de otra forma cuando la mano de la dirección hace que se contemple sin que destaque nadie en particular

LAS CUÑADAS

Teatro Estable de Leganés, Madrid, llegó a la trigésimo primera edición del Concurso Nacional de Teatro para Aficionados, Ciudad de Utiel, con buenas expectativas. “LAS CUÑADAS” de Michael Tremblay, proponía un montaje sugerente y quince actrices sobre el escenario. Una historia atractiva y reivindicativa de lo doméstico dónde la mujer ha sido protagonista.
Lástima que no todo quedara lo “redondo” que se presuponía. En este reparto coral hubo luces y sombras. Momentos interpretativos que pudieron ser y se quedaron en el intento.
Aunque hay que reconocer el esfuerzo de la dirección, que perfiló unos personajes muy caricaturescos y reconocibles en algunos momentos, de diversos tipos de mujer. Acompañó el vestuario, le edad y la caracterización. Por eso fue una pena que escenas importantes de un texto aparentemente ligero, aunque no lo era, no tuvieran la relevancia que el autor denunció.
La obra fue un “pasar” por encima de problemas tan grandes en la época, como el embarazo de una joven soltera, o la desidia de un ama de casa que busca sentirse viva pasando algunas horas en un club, dejando atrás las aburridas tardes con las señoras de la parroquia.
Estos y otros momentos merecieron más fuerza interpretativa. Hubo pinceladas de buen hacer, pero pasaron desapercibidas. A destacar la interpretación de Ana Picazo, como “Rosa”, que siempre mantuvo presencia y temple para sostener su personaje.
Los cambios generacionales entre las mujeres mayores y las jóvenes, merecieron más detalle y menos prisas por decir un texto que merecía más.
El montaje fue resuelto de manera correcta aunque algo escueto. Sólo el cuadro final, con las mujeres alrededor de la mesa, y bien distribuidas, dieron la imagen que se pretendía: la lucha femenina por buscar su sitio en una sociedad que las recluía en las cocinas. En el cuidado de la casa, los hijos y un rato con las amigas, hermanas y cuñadas que se convertía en un soplo de libertad donde afloraban deseos ocultos, pecados inconfesables y muchas ansias de libertad.
“LAS CUÑADAS” pudo ser una gran tarde de teatro, pero finalmente sólo consiguió entretener. Lástima.