miércoles, 18 de noviembre de 2015

...Y LOS SUEÑOS, SUEÑOS SON

La obra representada el domingo 15 de noviembre por el grupo  La Perrera Teatro, no dejo indiferente al público asistente. La versión de un clásico del teatro, “La vida es Sueño” de Calderón de la Barca, escrita y dirigida por Piñaki Gómez, comenzó en la entrada del teatro con un divertido director de casting que animaba al público a participar en la representación; así mismo, los actores entraban en escena desde el patio de butacas como si fueran unos espectadores más. Incluso algunos de los espectadores habituales de nuestro concurso subieron al escenario para participar en el “casting” de la “Vida es Sueño”. Comienza entonces el teatro dentro del teatro.

Empiezan los ensayos y mediante una estudiada escenografía se va desarrollando la historia real de los actores entrelazada con la historia de los personajes de la obra que van a representar.

La dificultad para entender el texto, muy filosófico y cargado de metáforas, se superó gracias a los actores, que demostraron una excelente expresión corporal y una total coordinación de movimientos en el espacio escénico ayudados, por el uso de una escenografía muy visual que representa muy bien la trasformación del hombre privado de libertad (Segismundo) en alguien lleno de ira. El engaño, el amor basado en el interés, las ansias de poder…la existencia humana es como un sueño y durante ese sueño el hombre está metido en una caverna con sus miedos, sus deseos, sus mezquindades.

¿Qué es la vida? Un frenesí ¿qué es la vida? Una ilusión, una sombra, una ficción y el mayor bien es pequeño, que toda la vida es sueño, y los sueños, sueños son.


Hay que conocer el punto de vista de Calderón de la Barca y las preocupaciones de la época en la que fue escrito el texto original para entender mejor la obra; aunque, la versión de Piñaki, traslada aquel sentimiento hasta nuestros días en la última parte de la obra, cuando la representación tiene que suspenderse porque el actor principal que interpreta a Segismundo es detenido. Entonces se confunde la realidad de los actores que representan la obra con el desenlace de la obra original.

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