martes, 13 de enero de 2015

VOLVER A VERTE

Sencillamente abrumadora, y es precisamente su sencillez tanto en la puesta en escena como en la presentación de los personajes, que defienden sus papeles de forma tan entrañable que consiguen que en determinados momentos de la obra nos sintamos identificados con cualquiera de los dos:
Como hijo teniendo una madre en exceso protectora, con un alto grado de influencia y de chantaje emocional;
Como madre que quiere sacar lo mejor de su hijo, y a la  que le gustaría ver en él liberadas todas sus frustraciones.
Todo ello envuelto en el marco de una  metáfora vinculada al mundo teatral.
Una relación materno-filial conmovedora y muy bien interpretada.

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